Actriz/Dramaturga/Feminista

sábado, 23 de noviembre de 2019

París sin fin


Madrid no cesas de llover, adelanto de un fin.
Mi cuerpo, espejo agrietado que no quiere desquebrajarse.
Mi alma se estira y no termina de romper.

Mi cabeza poderosa, tal vez más que mi estrujado corazón,
que cualquier atisbo ilusorio de transformar dolor
en pasto, en agua, en cielo, en risa.

Quizás los amores infinitos nacidos de la magia,
de un acto divino, de un eclipse de sol,
de una conjunción de estrellas alineadas también terminan. 

La razón, vocablo frío
está lleno de amor por mi,
atravesando el hondo hueco del universo.

Dejar ir lo que no está.
Amor invento nacido de la necesidad de mirarte.
Dejarte ir en un ritual, en un conjuro, en una danza.

Dejo que te vayas, nuestros ancestros 
testigos inequívocos de noches de fuego y sal.
Asumo la tristeza, la hago mía.

El amor sosteniendo mi materia, 
se desdibuja, desaparece y se desvanece
y soy yo un poco más que antes.

Fuerza en la oscuridad, en las tinieblas,
Amarme como si fuera mi propio padre, 
mi propia madre.

Amar todas mis partes, las rotas, las lastimadas,
las abandonadas, las asustadas,
decirles que el abandono es un espejismo.

Soy lo que me diste, corazón caliente y vivo,
me toca darte lo que no has tenido,
verte, que sanes y no desaparezcas en mi.

Niña que naciste adulta, 
de ojeras profundas, de redondos ojos,
de espíritu libre.

Amor de claros ojos, de mirada intensa, te dejo ir.
Guárdame como un sueño lindo y bueno.
París un lugar sin fin y un adiós.